08 octubre 2010

Como Iglesia…

Es esencial definir nuestro propósito si vamos a ser la Iglesia que Dios quiere.

La mayoría de las Iglesias visualizan el ministerio de manera tradicional, pero la cultura de hoy exige que examinemos de nuevo lo que hacemos y porque lo hacemos.

“Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; Mas el consejo de Jehová permanecerá”. Proverbios 19:21.

Hasta los mejores planes, programas y ministerios que desarrollamos carecen de valor a menos que se basen en el propósito de Dios para la Iglesia.

Hay que examinar las escrituras nuevamente para descubrir los principios por los cuales la Iglesia se fundó.

Sólo entonces podremos crear la estructura para el ministerio de la Iglesia.

El estudio de las escrituras es la primera fase en el proceso de planificación.

Hay que aprender exactamente el propósito de Dios para la Iglesia.

El resultado de ese estudio formará la base para formular la misión de la Iglesia.

Hay que reunir a todos los líderes de la Iglesia para estudiar y discutir el propósito de la Iglesia y contestar las siguientes preguntas…

¿Según las escrituras, qué debemos hacer?

¿Qué hizo Jesús cuando estaba aquí?

¿Qué hacía la Iglesia del Nuevo Testamento?

¿Qué haría Jesús si estuviera aquí hoy en día?

Renovación y restauración son necesarias para evitar propósitos innecesarios y planificación inefectiva.

Uno de las herramientas más útiles de Satanás es convencer a los creyentes de considerar como peligroso todo reto a la norma establecida.

Le encanta observar a los creyentes atacándose unos a otros en defensa de lo que siempre se ha enseñado, mientras que el resto del mundo perece.

Muchas veces las Iglesias padecen de “ministerios inefectivos” por estar arrastrando tradiciones.

Las tradiciones por sí solas no son malas, pero cuando no se basan en las escrituras ni tampoco son efectivas, ya es tiempo de revisarlas o eliminarlas.

En el Estado de Campeche en Ciudad del Carmen, México, uno puede ver zanjas profundas sobre la Avenida Paseo del Mar, ya que nunca fue pavimentada, es de arena y debido al paso de cientos de camiones y automóviles que transitan por la misma avenida… muchas veces un vehículo sin querer tiene que seguir un camino que no quiere simplemente porque esta metido en una de estas zanjas.

De la misma manera muchas Iglesias se encuentran en las zanjas profundas de las tradiciones, haciendo las cosas como siempre se han hecho.

Posiblemente hay otra manera de hacer las cosas que sean más efectivas.

La renovación y restauración nos ayudan a salir de las tradiciones y caminar por un camino auténtico.

Para eso, hay que estar dispuesto a enfrentar algunas preguntas difíciles sobre la dirección de la Iglesia y los cambios que están sucediendo en nuestra sociedad que afectan a la Iglesia.

Más importante todavía es ayudar a nuestra Iglesia que tener una relación más íntima con nuestro Señor Jesucristo.

La Iglesia necesita formular una expresión de misión para que todos los miembros sepan el propósito de la Iglesia.

La visión es una imagen de cómo será la Iglesia cuando su misión empieza a realizarse.

El liderato nunca puede entenderse aparte de misión y visión.

El liderato no existe por sí solo ni para glorificarse.

El liderato existe para posibilitar el futuro preferido de un grupo de personas, cual futuro se refleja en el corazón del grupo y en la calidad de su compromiso.

Hay fórmulas de misión que pueden impedir la obra de la Iglesia por ser muy generales en su expresión y por no enfocar los ministerios en una dirección específica.

La expresión de misión entonces se vuelve el enfoque por el cual se mide todo ministerio.

La pregunta para cualquier ministerio es la siguiente…

- ¿Hace falta esta obra para la misión de la Iglesia?

Si no hace falta, dicho ministerio debe eliminarse.

Muchas Iglesias tratan de perseguir a toda clase de ministerio posible, pensando que ésta es la mejor forma de servir a las necesidades de la comunidad, pero a menudo lo que sucede es que terminan sangrando la fuerza y la efectividad del ministerio principal.

Creo que una Iglesia debe enfocarse en las cosas que hace bien.

La luz desenfocada no tiene intensidad, pero un rayo láser puede hasta cortar el acero.

Una expresión de misión podría ayudarle a enfocar su esfuerzo y diseñar su programa de ministerio para que sea como un rayo láser de buenas obras en su comunidad.

Uno de los aspectos interesantes del proceso de planificar es el proceso en sí.

Sucede que este proceso que pasan los líderes y miembros de la congregación buscando en las escrituras, para definir y escribir su propósito para crear una visión del futuro, puede transformar toda la Iglesia y hasta hacerla crecer.

Por este motivo, deben de incluir a todos.

Muchas veces diferimos en puntos de vista sobre cómo dirigir la Iglesia y mucha de esta diferencia se relaciona con la edad de la persona y con haberse criado en una cultura distinta.

Creo que el futuro de una Iglesia depende de aquellos cristianos que entienden que para construir una gran Iglesia es necesario trabajar unidos.

¿No será que creemos lo mismo?

Tanto jóvenes como viejos, los aferrados a tradiciones y los no aferrados, pueden trabajar juntos para el reino de Señor.

¡Qué idea más fascinante!

El proceso de planificar une la Iglesia y facilita su esfuerzo.

Vamos a respetar las habilidades distintivas de cada uno con sus puntos de vista distintivos para entonces poner mayor valor en la unidad y en trabajar como equipo.

Amén.

Dios Te Bendiga.

0 comentarios:

Publicar un comentario

... por favor escribe tu comentario o pedido en el espacio de abajo.

Share

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More