Maná del Día

Si hay una necesidad hoy en día, especialmente para la juventud que vive en una sociedad inquieta, envuelta en una vorágine de ocupaciones, estudios y presiones de todo tipo, es precisamente dedicar un tiempo para la meditación de la palabra de Dios, el momento del devocional diario, de la lectura y de la oración.

Convengamos que es costoso en cuestión de tiempo y dedicación, pero también convengamos que es la única vía de acceso directo a las bendiciones de Dios, la única vía para vivir una vida guiada por su voluntad y la única esperanza para cultivar hombres y mujeres espirituales, tan necesario para Dios y para este mundo en el que vivimos.

Por otra parte, cuando este tiempo diario dedicado al Señor se transforma en un hábito, llena de gozo al alma y se torna tan necesario como el rocío le es para la flor o el oxígeno para la vida.

Esta predicas y devocionales, no suple ni pretende suplir la lectura de la palabra de Dios, sino que tratan, a través de ella y con la lectura diaria de la misma, de complementarla con una meditación surgida de la guía de nuestro Padre celestial.

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