Hace años, un hombre que viajaba, se encontró perdido en medio de una terrible tempestad.
La nieve caía sin cesar y el hombre ya no tenía esperanza de salvarse.
Cuando vio a lo lejos una lucecita en una cabaña de troncos, haciendo unos esfuerzos pudo llegar hasta la casita y salvar la vida.
Era un hombre de dinero.
Compro la cabaña y edifico en el mismo sitio una hermosa casa.
En lo alto de una torre coloco una luz giratoria y cada vez que hay tormenta prende la luz a fin que pueda salvar algún viajero que se encuentre en dificultades… eso es gratitud.
Así Dios nos dio a su Hijo para rescatarnos y salvarnos.
Y Dios quiere que nosotros salgamos a rescatar las almas perdidas.
Piensa... ¿qué estoy haciendo?
Es tiempo de llevar la palabra a otros, se una luz en las tinieblas, hay un alma que necesita de Jesús nuestro Salvador.
Si tú que estás leyendo esto y no tienes al Señor Jesús en tu corazón, invítalo a entrar a tu vida.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él”. Juan 3:16, 17 RV-60
“Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero”. 1Timoteo 1:15 RV-60
Amén.
La nieve caía sin cesar y el hombre ya no tenía esperanza de salvarse.
Cuando vio a lo lejos una lucecita en una cabaña de troncos, haciendo unos esfuerzos pudo llegar hasta la casita y salvar la vida.
Era un hombre de dinero.
Compro la cabaña y edifico en el mismo sitio una hermosa casa.
En lo alto de una torre coloco una luz giratoria y cada vez que hay tormenta prende la luz a fin que pueda salvar algún viajero que se encuentre en dificultades… eso es gratitud.
Así Dios nos dio a su Hijo para rescatarnos y salvarnos.
Y Dios quiere que nosotros salgamos a rescatar las almas perdidas.
Piensa... ¿qué estoy haciendo?
Es tiempo de llevar la palabra a otros, se una luz en las tinieblas, hay un alma que necesita de Jesús nuestro Salvador.
Si tú que estás leyendo esto y no tienes al Señor Jesús en tu corazón, invítalo a entrar a tu vida.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él”. Juan 3:16, 17 RV-60
“Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero”. 1Timoteo 1:15 RV-60
Amén.