03 abril 2011

Se luz en el camino

Hace años, un hombre que viajaba, se encontró perdido en medio de una terrible tempestad.

La nieve caía sin cesar y el hombre ya no tenía esperanza de salvarse.

Cuando vio a lo lejos una lucecita en una cabaña de troncos, haciendo unos esfuerzos pudo llegar hasta la casita y salvar la vida.

Era un hombre de dinero.

Compro la cabaña y edifico en el mismo sitio una hermosa casa.

En lo alto de una torre coloco una luz giratoria y cada vez que hay tormenta prende la luz a fin que pueda salvar algún viajero que se encuentre en dificultades… eso es gratitud.

Así Dios nos dio a su Hijo para rescatarnos y salvarnos.

Y Dios quiere que nosotros salgamos a rescatar las almas perdidas.

Piensa... ¿qué estoy haciendo?

Es tiempo de llevar la palabra a otros, se una luz en las tinieblas, hay un alma que necesita de Jesús nuestro Salvador.

Si tú que estás leyendo esto y no tienes al Señor Jesús en tu corazón, invítalo a entrar a tu vida.

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él”. Juan 3:16, 17 RV-60

“Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero”. 1Timoteo 1:15 RV-60

Amén.

02 abril 2011

Los tiempos de Dios

“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”. Eclesiastés 3:1 RV-60.

Un hombre encontró un capullo de una mariposa y se la llevo a su casa para ver cómo salía de su capullo.

Un día vio un pequeño orificio en el capullo y entonces se sentó a observar por varias horas, viendo que la mariposa luchaba por hacerlo más grande y poder salir.

El hombre vio que la mariposa forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño agujero, hasta que llego un momento en el que había dejado de forcejear, pues aparentemente no progresaba en su intento.

Parecía que se había atascado, entonces el buen hombre decidió ayudar a la mariposa y con una pequeña tijera corto para hacerlo más grande de manera que la mariposa pudiera salir del capullo.

Sin embargo, al salir, ella tenía un cuerpo muy hinchado y las alas pequeñas y dobladas.

El hombre esperaba que las alas se desdoblaran y que el cuerpo se contraiga de su hinchazón, pero no sucedió ninguna de las dos situaciones y la mariposa solo pudo arrastrarse en círculo con su cuerpo hinchado y las alas dobladas.

¡Nunca pudo llegar a volar!

Lo que el hombre en su voluntad no entendió fue que la restricción de la apertura del capullo y la lucha requerida de la mariposa por salir del diminuto agujero era la forma que la naturaleza envía fluido del cuerpo de la mariposa hacia las alas, para que estuviera grande y fuerte y luego volar.

Cuantas veces tenemos que pasar por ese orificio de luchas, pruebas para poder llegar a fortalecernos.

Si no pasamos por las etapas de las pruebas nos transformaríamos en unos débiles, temerosos, no podríamos crecer en la fe.

¿Quién no ha pasado por este proceso?

¡Todos!

A veces somos como este hombre usando la tijera para alivianar la prueba de algunos amigos o hermanos.

Y no nos damos cuenta que este es el tiempo de Dios para fortalecernos, nos prepara para la batalla.

Él espera… son sus tiempos, hasta que nos transformemos en una hermosa mariposa y volemos a su presencia con alas fuertes para remontar en fe.

Dios sabe que lo podemos hacer si le creemos a él.

Su palabra nos dice que seremos probados como oro refinado.

Solo a través de nuestros esfuerzos y caídas saldremos fortalecidos.

“… El invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios”. Zacarías 13:9.

Amén.

01 abril 2011

Luz en las tinieblas

“porque así nos ha mandado el Señor, diciendo; te he puesto para luz de los gentiles a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra”. Hechos 13:47.

Esto me trae a memoria una fábula de la serpiente y la luciérnaga.

La serpiente estaba persiguiendo a una luciérnaga y cuando la arrincono ante de comerla, la luciérnaga le dijo…

- Puedo hacerte una pregunta. -y la serpiente contesto.

- En realidad nunca contesto preguntas de mis victimas…

- Pues por ser vos te lo voy a permitir.

- ¿Yo te hice algo?

- No. -contesto la serpiente.

- ¿Tienes hambre?

- No. -contesto la serpiente.

- ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?

- No. -contesto la serpiente.

- ¿Entonces por qué me quieres comer?

- Porque no soporto verte brillar. -respondió la serpiente.

Si vas a brillar habrá serpientes que te van a perseguir.

Porque el diablo detesta lo que Dios ha puesto en vos... su luz.

Y cuando él ve la luz en ti se da cuenta que la luz en las tinieblas resplandece.

Las tinieblas no prevalecerán contra ella (Juan 1:5).

Por tal motivo el enemigo viene a buscarnos, porque somos luz en las tinieblas.

La luz de Cristo resplandece dentro de nuestro corazón.

Recuerda que tú eres luz en las tinieblas para salvación.

Amén.

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