“El solamente es mi roca y mi salvación. Es mi refugio, no resbalaré. En Dios está mi salvación y mi gloria; en Dios está mi roca fuerte, y mi refugio”. Salmo 62: 6, 7.
David se refería a Dios en una breve palabra “mi”.
Tú tienes la misma seguridad que David.
¿No te alegra saber qué el Dios de David puede ser también tuyo y mío?
David tenía errores como tú y yo pero su corazón era conforme a Dios.
Él se volvía de corazón de sus pecados, se humillaba y sobre gran manera amaba de tal forma a Dios que él realmente se veía indigno de su presencia.
Por eso Dios amaba de tal manera a David que siempre lo perdonaba.
Tengamos un corazón conforme a Dios.
Estrégate en sacrificio voluntario, despójate de todos tus pecados, cargas, heridas, enfermedades, humíllate ante su presencia y dile como lo hizo David...
“tú, oh Dios, no desprecias al corazón quebrantado y arrepentido”. Salmo 51:17 NVI
Amén.
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