08 agosto 2012

El agua de vida.

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Mateo 5:6.-

Has tenido alguna vez sed, pero de esa sed desesperada…?. Por tan solo una gota de agua...?

Leí una historia de un Árabe que iba cruzando el desierto en un camello.
Se moría de sed y estaba desesperado.

Hacia mucho calor y estaba muy lejos.

Al final vio a la distancia una cantimplora tirada en la arena.
Se dijo; parece que esa cantimplora se callo de una carabana, corrio para alcanzarla, pero cuando la llevo a sus labios, exclamo…hay…de mi…!!!
Solamente son perlas…!!!!.

Esas perlas eran muy valiosas. Pero habían perdido su valor antes la gran necesidad de saciar la sed que tenia el hombre.

En esa forma debemos desear de nuestro Señor Jesucristo, no importándonos las cosas materiales, porque en ese momento no le importo las perlas sino el agua.

Cuantas veces venimos con problemas, enfermedades, y múltiples dificultades, sabiendo que el único que nos trae salvación sanidad y libertad es nuestro Señor Jesucristo.

Que Él nos dice; “mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”. San Juan 4;14.-

De ti depende si tomas del agua de la vida o sigues tu camino con las perlas de este mundo.

Dios te bendiga.

Nancy Mabel Magno. Pastora.

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