“porque así nos ha mandado el Señor, diciendo; te he puesto para luz de los gentiles a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra”. Hechos 13:47.
Esto me trae a memoria una fábula de la serpiente y la luciérnaga.
La serpiente estaba persiguiendo a una luciérnaga y cuando la arrincono ante de comerla, la luciérnaga le dijo…
- Puedo hacerte una pregunta. -y la serpiente contesto.
- En realidad nunca contesto preguntas de mis victimas…
- Pues por ser vos te lo voy a permitir.
- ¿Yo te hice algo?
- No. -contesto la serpiente.
- ¿Tienes hambre?
- No. -contesto la serpiente.
- ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
- No. -contesto la serpiente.
- ¿Entonces por qué me quieres comer?
- Porque no soporto verte brillar. -respondió la serpiente.
Si vas a brillar habrá serpientes que te van a perseguir.
Porque el diablo detesta lo que Dios ha puesto en vos... su luz.
Y cuando él ve la luz en ti se da cuenta que la luz en las tinieblas resplandece.
Las tinieblas no prevalecerán contra ella (Juan 1:5).
Por tal motivo el enemigo viene a buscarnos, porque somos luz en las tinieblas.
La luz de Cristo resplandece dentro de nuestro corazón.
Recuerda que tú eres luz en las tinieblas para salvación.
Amén.
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